El dia que lo vi partir, no pude correr tras él, no pude detenerlo, no pude gritar su nombre y que los demás notaran en mi voz cuanto le necesitaba, no pude. Solo me quede en el mismo lugar de nuestra despedida viendo como poco a poco desaparecía de entre la gente, y cuando me di cuenta de cuánto le amaba se había esfumado y con el mi vida entera.
miércoles, 27 de marzo de 2013
Y en tú sonrisa hay más de lo que se merece.
No sé si pueda llegar al final con esta sensación; Más bien puede que el final llegue a mí . . .